lunes, 6 de julio de 2015
Cuento reflexivo: La sal de la vida
Un maestro hindú estaba cansado de escuchar a su aprendiz cómo se quejaba. Un día le dijo que trajera sal y que lo echara en un vaso con agua. Le hizo probarlo y le preguntó:
"¿Cómo sabe el agua?" a lo que el aprendiz le contestó:
"Está demasiado salada, el sabor es insoportable".
Entonces, el maestro lo llevó a un lago y le hizo que echara el agua con sal allí y que de aquella agua, volviera a llenar el agua.
"¿Cómo sabe ahora?".
"Riquísima, mi maestro, y fresquísima. Podría beber siempre de este agua".
Entonces, el maestro cogió a su discípulo de las manos y le dijo:
"El dolor de la vida es igual. Es pura sal. Siempre hay la misma cantidad pero su sabor depende del recipiente que contenga la pena. Por eso, cuando te aflijan las penas de la vida, agranda el sentido de las cosas. Deja de ser el vaso y conviértete en lago".
Fuente: Revista Pronto.
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