-¿Maestra, qué es el amor? - preguntó un niño en clase a su profesora. Ella pensó que para mostrárselo podría crear una actividad que les hiciera entender el amor fácilmente. Les pidió a todos los niños de clase que salieran al patio y les trajera algo que les hiciera llamar la atención y su porqué. Los niños salieron emocionados al patio y cuando volvieron, la maestra les pidió que mostraran lo que habían encontrado.
-Yo traje esta bonita flor porque olía muy bien.
-Yo esta mariposa, mire que colores tan llamativos.
-Yo traje este pajarito que encontré en un nido.
Cuando todos terminaros, la maestra se dio cuenta de que una niña llevaba las manos vacías. Parecía avergonzada por no haber traído nada. Entonces, cuando la maestra le preguntó si no había encontrado nada en el patio que amar, la niña contestó:
- Lo siento, maestra, no he traído nada. Es cierto que yo también vi la flor y pensé en arrancarla. Pero pensé que si lo hacía, se marchitaría y su perfume se perdería para siempre. Vi también las mariposas y pensé en coger una, pero pensé que no sería feliz si las separaba de las demás. Por último también vi el pajarito, pero cuando fui al nido vi tristeza en los ojos de su madre y pensé que separarlo de ella estaría mal, ya que a mí no me gustaría que me separaran de la mía. Por ello he traído el perfume y la vida de la flor, la libertad de la mariposa y la gratitud en los ojos de la madre del pequeño pájaro.
Fuente y créditos: Jorge Bucay.
Imagen: eldesastredemaria.deviantart.com
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