Ícaro era el hijo del arquitecto Dédalo y de una esclava llamada Náucrate. El arquitecto había construido el laberinto de Creta, en el cual estaban retenido ambos varones por el rey Minos (quien controlaba tanto el mar como la tierra). Dédalo trabajó muy duro para crear dos pares de alas utilizando cera: unas para su hijo y otras para él.
Una vez terminadas, Dédalo batió sus alas y cuando supo cómo volar, enseñó a su hijo: le advirtió de que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar.
Al cabo de un rato el muchacho comenzó a ascender, el ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las alas y éstas se despegaron. Agitó los brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar.
Fuente: Resumen Wikipedia
lunes, 25 de abril de 2016
miércoles, 20 de abril de 2016
El picante #Chascarrillosdelaabuela
El que compra picantes
Tres veces lo paga:
Cuando los compra
Cuando los come
Y cuando los caga.
#Chascarrillosdelaabuela
Tres veces lo paga:
Cuando los compra
Cuando los come
Y cuando los caga.
#Chascarrillosdelaabuela
lunes, 18 de abril de 2016
Cuidado con el refajo #Chascarrillos
Modelo 1 (Por mi abuela)
Arriba
Abajo
Y a mi abuela
Le han visto el refajo.
Con muchas cintas y muchos lazos.
Modelo 2 (Por mi madre)
Arriba
Abajo
Y a mi novia
Le he visto el refajo.
Arriba
Abajo
Y a mi abuela
Le han visto el refajo.
Con muchas cintas y muchos lazos.
Modelo 2 (Por mi madre)
Arriba
Abajo
Y a mi novia
Le he visto el refajo.
sábado, 16 de abril de 2016
Cuentos reflexivos: Las cosas no son siempre lo que parecen
Dos ángeles habían tenido un día agotador y, cuando anocheció, pidieron que les dejasen un lugar para dormir en una casa en la que vivía una familia muy adinerada, pero eran tan poco hospitalarios que les enviaron al frío sótano. Cuando se estaban haciendo la cama, el ángel más viejo vio un agujero en la pared y lo tapó. El más joven, extrañado, le preguntó por qué había hecho aquello, a lo que su compañero respondió:
"Las cosas no son siempre lo que parecen".
Continuaron su camino y la siguiente noche la pasaron en el humilde hogar de un matrimonio tan hospitalario que les dieron de cenar y les cedieron su propia cama para descansar. Al amanecer los dueños de la casa estaban llorando porque había muerto la única vaca que tenían. Enojado por lo sucedido, el ángel joven le preguntó porqué había dejado morir al animal de esa buena familia. El ángel viejo le contestó:
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