miércoles, 25 de febrero de 2015
Cuento reflexivo: El manzano
lunes, 23 de febrero de 2015
Cuentos reflexivos: Los 3 últimos deseos
Cuenta la leyenda que, a punto de morir Alejandro Magno, llamó mandar a sus generales para comunicarles sus últimos tres deseos. El primer deseo que su ataúd fuese llevado por los médicos más eminentes. El segundo que mientras llevasen su ataúd del palacio al cementerio, esparciesen por el suelo todos los tesoros conquistados. Y el tercer deseo que sacasen sus manos del ataúd de forma que éstas estuviesen a la vista de todos.
Sorprendidos por aquellas extrañas peticiones, le pidieron una explicación, que él dio así:
- Quiero que los mejores médicos lleven mi ataúd para que vean que no pueden hacer nada contra la muerte. Que se esparzan mis tesoros para que mis soldados vean que, cuando morimos, todo lo material se queda y permanece. Y que mis manos se queden fuera del ataúd para que vean que están vacías, que venimos a este mundo sin nada material y que nos vamos de la misma forma.
Reflexionemos, pues: Cuando morimos, todo lo material se queda en la tierra y sólo llevamos con nosotros las buenas acciones y los momentos felices.
Texto: Revista Pronto.
Sorprendidos por aquellas extrañas peticiones, le pidieron una explicación, que él dio así:
- Quiero que los mejores médicos lleven mi ataúd para que vean que no pueden hacer nada contra la muerte. Que se esparzan mis tesoros para que mis soldados vean que, cuando morimos, todo lo material se queda y permanece. Y que mis manos se queden fuera del ataúd para que vean que están vacías, que venimos a este mundo sin nada material y que nos vamos de la misma forma.
Reflexionemos, pues: Cuando morimos, todo lo material se queda en la tierra y sólo llevamos con nosotros las buenas acciones y los momentos felices.
Texto: Revista Pronto.
jueves, 19 de febrero de 2015
Pulgarcito y su gran aventura
Versión de Charles Perrault.
Pulgarcito era el menor de varios hijos de unos humildes leñadores. La pareja estaba pasando un gran problema económico, por lo que decidieron abandonar a sus hijos en el bosque. Pulgarcito oyó el plan, así que mientras se adentraban en el bosque, fue arrojando piedras blancas y cuando llegó la hora, pudieron volver a casa. Sin embargo, sus padres volvieron a abandonarlos y ésta vez tiró migas de pan. El problema fue que se las comieron los animales del bosque y no pudieron volver.
Pulgarcito era el menor de varios hijos de unos humildes leñadores. La pareja estaba pasando un gran problema económico, por lo que decidieron abandonar a sus hijos en el bosque. Pulgarcito oyó el plan, así que mientras se adentraban en el bosque, fue arrojando piedras blancas y cuando llegó la hora, pudieron volver a casa. Sin embargo, sus padres volvieron a abandonarlos y ésta vez tiró migas de pan. El problema fue que se las comieron los animales del bosque y no pudieron volver.
Cuento reflexivo: ¿Vacía o llena?
- Además del trino de los pájaros, ¿qué mas oyes, Alicia?
- Papá, me parece oír una carreta que viene por el camino.
- Exacto. Y si agudizas el oído, sabrás que la carreta está vacía.
- ¿Cómo sabes eso, papá?
- Es fácil saber cuándo una carreta está vacía por el ruido que hace. Cuando menos cosas transporta, más aparatoso es el sonido que provoca. Eso mismo puedes aplicarlo a las personas que sólo saben presumir de sí mismas.
Alicia fue cumpliendo años y, cuando veía a alguien alardeando de sus posesiones, pavoneándose e interrumpiendo a los demás, era como si escuchase de nuevo las palabras de su padre: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es del ruido que hace". Y es que, a menudo, quienes hablan de sí mismo sin parar son quienes menos cosas interesantes tienen que contarnos.
Crédito y fuente: Revista Pronto.
miércoles, 18 de febrero de 2015
¡¡Nuevo blog!!
Hola, desastrosos.
Hoy os traigo un nuevo blog...y ¡sí! Es mío. Un nuevo lugar donde plasmar mis textos y escritos, mis libros, mis pensamientos...todo. Desastres en estado puro. No me enrollo más, os dejo el link, no os olvidéis de pasaros, aunque sólo sea para echar un vistazo: El Mundo de la Desastrosa María.
Cuento reflexivo: La mujer perfecta
Dos amigos se encontraron un día y mientras tomaban un té hablaron de todo cuanto les había sucedido. El primero contó que era muy feliz con su mujer, mientras que el segundo contó que todavía no había encontrado a su media naranja. El primero le preguntó el porqué y el segundo amigo contó su historia.
lunes, 2 de febrero de 2015
El astuto gato con botas y el hijo de molinero
Un humilde molinero dejó a su hijo más joven un gato como única herencia. Se sintió desdichado pero enseguida descubrió lo afortunado que era. El gato era una caja de sorpresas. Para empezar...¡hablaba! Entonces, le dijo a su dueño que le diera unas botas y una bolsa. El dueño no entendía muy bien qué pretendía hacer el gato, pero le hizo caso. El gato salió de la casa y cazó un conejo, que metió en la bolsa. Fue entonces cuando se presentó ante el rey. Presentó la caza como si fuera de su dueño, diciendo que era un hombre muy importante, llamado "El Marqués de Carabás". Acudió otras veces a palacio, ofreciéndole otros tantos regalos, con los que el rey estaba encantado.
El siguiente paso para convertir a su dueño en realeza, conseguirle el castillo y las tierras de un ogro que era capaz de convertirse en cualquier animal. El gato se adelantó al carruaje real y acudió a dichas tierras y vio a los trabajadores labrándolas. Les dijo que iba de parte del ogro y que como no dijeran que al rey que las tierras eran del Marqués de Carabás, el ogro se los comería a todos. El carruaje real pasó y el gato preguntó de quién eran las tierras. Los trabajadores dijeron que eran del Marqués de Carabás y el rey quedó maravillado.
El último paso del gato con botas fue acudir al palacio del ogro y pedir verle. El ogro le preguntó qué era lo que quería de él y el gato le pidió una demostración de cómo se convertía en un animal, ya que jamás había visto nada igual y era incapaz de creerlo. El ogro, queriendo impresionar al gato parlante, le preguntó que en qué animal quería que se convirtiera. El gato le dijo que se convirtiera en ratón, ya que era difícil de imaginar que un ogro tan grande se convirtiera en un animal tan pequeño. Entonces, el ogro se convirtió el ratón y el gato con botas lo pilló y se lo comió.
De esta forma, el muchacho heredó las tierras del ogro y el rey decidió casarlo con su hija. Y vivieron todos felices y comieron perdices.
Texto: redactado por mí.
El gato avisó a su dueño por fin de su plan y le pidió que confiara en él. No tenía nada que perder, así que aceptó. Entonces, fueron al río y le dijo al dueño que se quitara la ropa y se metiera en el río, que acudiría por allí el rey. Así lo hizo. Cuando vio el carruaje real el gato pidió auxilio gritando y el rey y sus guardias ayudaron al muchacho a salir del agua y lo vistieron con lujosos ropajes.
El siguiente paso para convertir a su dueño en realeza, conseguirle el castillo y las tierras de un ogro que era capaz de convertirse en cualquier animal. El gato se adelantó al carruaje real y acudió a dichas tierras y vio a los trabajadores labrándolas. Les dijo que iba de parte del ogro y que como no dijeran que al rey que las tierras eran del Marqués de Carabás, el ogro se los comería a todos. El carruaje real pasó y el gato preguntó de quién eran las tierras. Los trabajadores dijeron que eran del Marqués de Carabás y el rey quedó maravillado.
El último paso del gato con botas fue acudir al palacio del ogro y pedir verle. El ogro le preguntó qué era lo que quería de él y el gato le pidió una demostración de cómo se convertía en un animal, ya que jamás había visto nada igual y era incapaz de creerlo. El ogro, queriendo impresionar al gato parlante, le preguntó que en qué animal quería que se convirtiera. El gato le dijo que se convirtiera en ratón, ya que era difícil de imaginar que un ogro tan grande se convirtiera en un animal tan pequeño. Entonces, el ogro se convirtió el ratón y el gato con botas lo pilló y se lo comió.
De esta forma, el muchacho heredó las tierras del ogro y el rey decidió casarlo con su hija. Y vivieron todos felices y comieron perdices.
Texto: redactado por mí.
La historia de Barba Azul
Érase una vez un hombre muy peculiar que tenía la barba azul. Le costaba encontrar esposa, ya que todas le rechazan debido a este aspecto. Una familia decidió un día casar a una de sus hijas con tal hombre, ya que, además, era muy rico. Ninguna de ellas quería, no sólo por su aspecto sino porque corría el rumor de que todas sus mujeres habían desaparecido de forma misteriosa. La hermana más joven decidió armarse de valor de casarse con él. Vivían felices en la casa de él hasta que un día Barba Azul le dijo a su esposa que tenía que partir hacia un viaje muy importante y que le hacía entrega de todas y cada una de las llaves de la casa, incluida una a la que el acceso le estaba prohibido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)