jueves, 19 de febrero de 2015

Pulgarcito y su gran aventura

Versión de Charles Perrault.

Pulgarcito era el menor de varios hijos de unos humildes leñadores. La pareja estaba pasando un gran problema económico, por lo que decidieron abandonar a sus hijos en el bosque. Pulgarcito oyó el plan, así que mientras se adentraban en el bosque, fue arrojando piedras blancas y cuando llegó la hora, pudieron volver a casa. Sin embargo, sus padres volvieron a abandonarlos y ésta vez tiró migas de pan. El problema fue que se las comieron los animales del bosque y no pudieron volver.


Pulgarcito y sus hermanos comenzaron a dar vueltas por el bosque hasta llegar a la casa de un ogro que comía niños y que vivía con su mujer y sus hijas. El ogro estuvo a punto de comérselos enseguida, de no ser por su mujer, que lo convenció para enjaularlos vivos y comérselos cuando no tuvieran nada que echarse a la boca. Sin embargo, el ogro urdió el plan de comérselos por la noche a escondidas de su esposa. Pulgarcito, con el oído puesto como siempre, oyó el plan y cambió los gorros de sus hermanos con los de las hijas del ogro, de forma que éste se comió a sus propias hijas.

El ogro, al darse cuenta de lo sucedido, se calzó sus enormes botas - con las que se podía correr muchísimo más rápido - y comenzó a perseguirlos. Acabó agotado y tumbado en el suelo del bosque sin saber que Pulgarcito lo vigilaba. Le quitó las botas y corrió hacia el palacio del rey, donde le ofreció trabajar para él como mensajero. El rey aceptó al ver el poder mágico de las botas y toda la familia de Pulgarcito vivió feliz y comió perdices, ya que no volvieron a pasar hambre.


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