jueves, 22 de enero de 2015

Cuento reflexivo: El tesoro más preciado

Érase una vez un rey apuesto y ejemplar en su comportamiento. Muchas cortesanas del lugar lo querían conquistar, pero él sólo las veía como seres ambiciosos y frívolos. Un día decidió que había llegado el momento de escoger a su consorte y la que le trajera el bien más valioso sería la elegida. 

Los salones del palacio comenzaron a llenarse de los más lujosos y caros tesoros, pero ninguno de ellos atrajo la atención del rey. 

Una joven acudió al palacio con las manos vacías y le dijo: Mi señor, no dispongo de riquezas, lo único que puedo ofreceros es mi tiempo. Tiempo para amaros, para escucharos y respetaros. Tiempo para estar junto a vos en lo bueno y en lo malo. 
Estas palabras conmovieron al rey que, ese mismo día, anunció que se casaría con la joven. Y para anunciarlo dijo: "Todas intentaron deslumbrarme con bienes materiales que el dinero puede comprar. Pero sólo esta joven supo ofrecerme el bien más simple y preciado: su propio tiempo. Por eso, no lo dudemos ni un instante y regalemos nuestro tiempo a quienes más queremos.



Fuente: Revista Pronto.

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