viernes, 21 de agosto de 2015

Leyenda urbana: Las hermanas Smith

Es una leyenda sobre un niño llamado John Smith que tenia gusto por los mails de miedo y los popups; cada dia el encontraba unos nuevos y los enviaba a sus conocidos, incluso empezó a inventarlos el mismo y se los enviaba a extraños. Le encantaba asustar a la gente en la Red.

John vivía en Plainfield, Wisconsin. En Noviembre de 2007, el abrió su bandeja de entrada y encontró un mensaje que venia de 2 jovencitas, que se hacían llamar las “Hermanas Smith” y le dijeron que eran sus hermanas mayores, lo que lo confundió porque John era hijo único; ellas le contaron que años atrás ellas habian vivido en su casa.

El les respondió diciendo que el no tenia hermanas, que se perdieran y lo dejaran en paz. Al dia siguiente, el recibió un mensaje escalofriante con una foto y un archivo adjuntos la foto era de un par de niñas con un letrero que decía: “Las Hermanas Smith asesinadas anónimamente.”

Las niñas en el mail le aseguraron que ellas eran sus hermanas mayores, le contaron que en 1993 ellas vivieron en su casa, la habitación que ahora era de el había sido la de ellas. Le contaron como había sido su vida y lo felices que eran hasta esa horrible noche.

El abrió el archivo adjunto que era el escaneo de un articulo viejo de un periódico local:

miércoles, 12 de agosto de 2015

Chiste-cuento de la mujer operada

#Chascarrillos #Chascarrillosdelaabuela
Fuente y crédito: mi abuela materna.

Érase un vez una mujer demasiado mayor que creía que se le estaba pasando el arroz y que no encontraría ya a un hombre con el que casarse. Como tenía mucho dinero, pensó en contratar a un cirujano, al mejor que encontrase, ya que podía permitírselo. Después de pasar por el quirófano, la mujer quedó maravillada, ya que parecía tener 20 años. Lo que no sabía era que no es oro todo lo que reluce. Fue a divertirse a una fiesta muy elegante y, porqué no, a alardear de su nueva y estrenada juventud. Todos se quedaron alucinados con el cambio de la mujer.

Durante toda la noche los invitados con los que baile le decían: Uy, señorita, qué lunar en el cuello. El siguiente le decía lo mismo. Ella estaba encantada. Y así con todos. Cuando llegó a casa, le dijo a la criada: Ay, señorita, míreme el lunar del cuello que todos me lo han comentado esta noche.

Entonces, la criada entre risas le dijo: Señora, tanto le ha estirado ese cirujano que le ha subido el agujero del culo al cuello.