No hay nada que atemorice más al ser humano que la muerte, y muchos son los que lo darían todo por poder evitarla. Es el caso del ruso Dmitry Itskow, de solamente 32 años. Desde que sus habilidades informáticas le convirtieron en millonario en los 90, su gran obsesión ha sido invertir su fortuna en un método para lograr la tan ansiada inmortalidad.
Eso sí, su idea no deja de ser absolutamente escalofriante: consiste en transferir la personalidad y los conocimientos de una persona a un ordenador para, después, integrarlos en un robot cuyo aspecto exterior sea lo más parecido posible al del individuo en cuestión. Es decir, crear un androide que sea el alter ego de un ser humano y que, además, posea su cerebro.
Un proyecto en el que Itskow lleva tiempo trabajando y en el que ha invertido más de 3 millones de euros. El ruso ha celebrado recientemente el primer congreso dedicado a esta investigación, al que han acudido importantes científicos de prestigio de centros tan relevantes como la Universidad de Berkeley y la de Stanford.
Los avances en el campo de la neurociencia avanzan tan rápidamente, que Dmitry no duda en afirmar que su idea acabará convirtiéndose en realidad en el año 2045.
Fuente: Revista Pronto.
Créditos imagen: digitaltrends.com
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