¿Por qué no podemos caminar recto con los ojos cerrados?
Porque nuestro cuerpo no es perfectamente simétrico: ni tenemos los ojos exactamente iguales, ni las orejas, ni la longitud de las piernas. Y ése es precisamente el problema: que sólo viendo hacia dónde vamos podemos corregir las pequeñas alteraciones que provocan nuestras “irregularidades” físicas y andar rectos.
Fuente: Revista Pronto.
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