martes, 20 de enero de 2015

El secreto de Jaime - María Moreno



Todo cuanto le había contado no era más que una máscara hecha de mentiras, decorada con secretos. El divorcio de sus padres, el maltrato procedente de su padre a su madre, el encarcelamiento y suicido de su progenitor, el nuevo novio de su madre, con la boda y el consiguiente embarazo. Todo aquello lo llevó a la droga-dicción y el alcoholismo extremos. Todo aquello le llevó a dejarlo postrado en una cutre cama de hospital, en coma, mientras su madre lloraba y lloraba a sus pies, rezando y suplicando a Dios para que se despertara pronto. El conjunto de todas las desgracias de su infancia y adolescencia era el más absoluto y oscuro secreto de Jaime. Sus recuerdos formaban parte de un pasado plagado de fantasmas y abismos profundos. Un pasado que él deseaba locamente borrar de su mente y que, por nada del mundo, deseaba que Eva se enterase.

Eva.


Tan hermosa. Tan angelical. Si conociera su pasado sentiría de nuevo el rechazo, este vez por parte de ella. Seguramente la familia de Eva no era perfecta, pero desde luego, nada tenía que ver con la suya. Temía más a su rechazo que a el recuerdo de todos esos demonios le arrancaran el alma.

Eva.

Le gustaba sentir la miel de sus labios cuando la besaba, tocar su piel suave y fina, su cabello sedoso  brillante... y esos ojos. ¡Cómo amaba Jaime aquellos ojos de zafiro cuando lo miraba! Podía volverlo loco con una sola mirada, una sola bastaba. Y su sonrisa, ¡qué sonrisa tan perfecta! Podía olvidar todos sus miedos si ella sonreía.

Eva.

No iba a permitirse el lujo de perderla. Si alguien intentaba arrebatársela de sus brazos y su corazón iban a tener que pasar por encima de su cadáver o hacer algo mejor que enseñar sus garras para asustarlo. Tendrían que matarlo. ¡Eva era su ángel caído del cielo! ¡Qué esperasen ellos a que les cayese otro!

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