martes, 5 de mayo de 2015

Cuento reflexivo: El pescador y el banquero


Un banquero y experto en inversiones, estaba en el muelle de un pequeño pueblo caribeño, cuando llegó un pescador en su bote. Dentro del bote había varios atunes amarillos bastante grandes y el banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó: 

-¿Cuánto tiempo le tomo pescarlos?

-Muy poco tiempo, respondió el pescador.   

-¿Porqué no se quedó más tiempo pescando, podría haber traído mas peces?

-Si, seguramente, pero esto es suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de mi familia.

-Pero permíteme que te pregunte, ¿qué haces con el resto de tu tiempo?

-Después de pescar, descanso un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta, luego acompaño a mi esposa hacer las compras y por las noches me reúno con los amigos para pasar un buen rato conversando. Llevo una vida tranquila y despreocupada.
-Mira, yo soy un especialista en marketing y asesor de grandes empresas y podría ayudarte a desarrollar un negocio. Lo que tendrías que hacer, es dedicar más tiempo a la pesca y con los ingresos podrías comprar un bote más grande. Al tener un bote más grande puedes pescar mucho más que ahora, de manera que duplicarías las ganancias. Con el tiempo podrías comprar varios botes y tener empleados que pesquen para ti. El siguiente paso es que en lugar de vender el pescado a un intermediario, lo podrías vender directamente a la empresa que distribuye el pescado una vez envasado y empaquetado y con el tiempo podrías tener la distribución para la provincia o el país entero. 
Claro cuando eso ocurra, tendrías que dejar este pequeño pueblo para instalarte en la gran ciudad, desde donde manejarías tu empresa, sin tener que salir a pescar.

-¿Pero, cuánto tiempo hace falta para que ocurra todo eso? - preguntó el pescador. 

 -Entre diez y quince años.

-¿Y luego qué? 

-Después puedes poner tu compañía en el mercado de valores y vender las acciones de tu empresa al público. Te harás millonario. 

-¿Y luego qué? - le preguntó sonriendo al banquero.

-Luego te puedes retirar. Te compras una casita en un pueblecito de la costa, donde puedes descansar, dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, ir con tu esposa de compras y  reunirte con tus amigos y familiares para pasarlo bien.

-¿Acaso no es eso lo que ya tengo?

FUENTE Y CRÉDITO: Reflexiones para el alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario